EL QUE TIENE SED por Abelardo Castillo.
¡Sí, chicos! ¡UN LIBRO!
Casi extintos hoy día, los libros servían para que la gente leyera.
Consistían en dos tapas de titanísimo plastificado y varias hebras de papel entrelazadas sobre las que se imprimían letras las que, juntándolas y separándolas a su vez, formaban diferentes palabras.
Por ejemplo: "oso" o "sea", entre muchas otras posibilidades.
En Argentina, los libros tienen mala fama. Se debe a un curioso rumor que estableció en la mente popular que estos seres suelen morder.
Esto no ha sido demostrado.
Aún.
Por momentos, es para llorar de risa.
Pero la angustia y locura permamente en el mundo del alcohólico hace que uno se replantee porque se esta riendo. Una mirada irónica y autobiográfica de uno de los grandes autores argentinos (vivos).
Sensacional. Ideal para leerlo tomándose un fernet.
Propongo reunión en un café con libro en mano!
ResponderEliminarOjalá, esta Nación renaciente, pueda algún día, volver a leer, volver a creer y volver a pensar!
ResponderEliminarSiento, que vamos camino a ello.
Buen post.